El Ikigai es el sentido de la vida, es esa energía poderosa que te anima cada día al levantarte. Esa motivación que te filtra el mundo con lo positivo para seguir adelante. Es esa fuerza o pasión que nace del interior y actúa como combustible para realizar tus actividades con entusiasmo y optimismo porque has encontrado y tienes claro lo que es realmente importante para ti.
Lo mejor de todo es que la frustración no tiene porque agobiarte si no logras vivir económicamente de esa pasión, tu Ikigai es un regalo personal que buscas intencionalmente, es una emoción alentadora para sobrellevar, lograr y encauzar tu vida hacia lo que llamamos el disfrute de momentos importantes y felices. Aquí la meta no es un estado sostenido de felicidad plena, aquí la felicidad es la capacidad que tengo de decidir serlo pese a que ocurran dificultades e incómodos y tensionantes momentos.
El Ikigai es una filosofía que toma una relevancia mayor para nosotras como mujeres, culturalmente y a lo largo de la historia hemos sido formadas en primera instancia para ser madres, para cuidar, para servir, para atender personas, como abuelos, padres, hijos, esposos, novios, hermanos, tíos, sobrinos, etc., o dedicarnos a profesiones con fines sociales, es como si lo llevásemos inscrito en nuestro ADN, pero ¿Cuándo y quienes nos dan el valor que tenemos?, la respuesta es tuya, porque finalmente cada una es responsable de hacer que el reconocimiento empiece por sí misma, de darse cuenta de lo que se merece, de sentir esa alegría y satisfacción de estar trabajando por y para nosotras mismas buscando su plenitud a través del sentido de vida y asì vivir el aquí y el ahora con estado consciente de dicha y flujo.
Una aplauso por esas mujeres que están logrando darse ese regalo y ser leales a sí mismas, otro aplauso por las que están en esa búsqueda y un llamado de atención para las que no se han atrevido a hacerlo, tenemos que ser fieles a nuestra naturaleza, somos mujeres con la capacidad para lograr lo que nos proponemos desde un interior fuerte, desde la verdad que dicta el corazón, sé que en algunos casos no es fácil pero juntas lo podremos lograr.
Por cierto, se me olvidaba, hablé de un Ikigai muy abstracto pero aquí dejo unos ejemplos para que te vayas familiarizando con esa búsqueda.
- Para un karateka es la pasión por las artes marciales.
- Para una abuela es abrazar a su nieta, dice que es como saltar al cielo.
- Para un pescador es conseguir el mejor pescado fresco para su familia.
- Para un cocinero japonés es preparar el mejor sushi para sus clientes y mirar sus caras de satisfacción.
- Para el señor Miyazaki es dibujar, por eso no paró de dibujar a pesar de jubilarse en su estudio, el famoso Studio Ghibli.
Te invito a conversar más del tema, puedes escribirme al correo electrónico o a mi WhatsApp.
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Siempre Leales a sí mismas.